"El TLCAN debe ser reequilibrado, es una preocupación de EEUU para el tratamiento de trabajadores, negocios y empresas para que no fomenten la subcontratación y las reglas de origen en el sector manufacturero", dijo el representante comercial del presidente Donald Trump, al final de la ronda en la que México, EEUU y Canadá cerraron tres nuevos capítulos, para sumar seis en total desde el inicio de la negociaciones hace casi siete meses.
En un mensaje a los medios en el que los tres ministros hicieron breves alocuciones para ratificar que las conversaciones continuarán, el representante de la Casa Blanca dijo que, a pesar de que no avanzaron como se lo propusieron, los tres capítulos cerrados son "buenas prácticas regulatorias, administración y publicación; y medias sanitarias y fitosanitarias", en las que hicieron avances que no fueron detallados.
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"Es una evidencia ulterior de que los tres países quieren actualizar y modernizar el TLCAN", enfatizó Lighthizer.
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Asimismo, acordaron incluir un capítulo sobre energía, debido a que en 1994, cuando entró en vigor el TLCAN, México mantenía cerrado al comercio ese sector que fue un monopolio estatal durante casi ocho décadas.
Avances bajo presión electoral
Esos tres capítulos cerrados se suman a otros tantos concluidos en las cinco rondas anteriores, que son competencia comercial, pequeñas y medianas empresas, y medidas anticorrupción.
EEUU estima que "necesitamos actuar rápidamente" de cara a los "vientos políticos", en referencia a las elecciones presidenciales y legislativas del 1 de julio en México, y a los comicios de las provincias canadienses de Otario y Quebec a finales del año y las intermedias de EEUU para renovar el Congreso en noviembre próximo.
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Lighthizer dijo que aún espera que el Congreso actual de EEUU sea el que apruebe ese procedimiento porque "preferimos un acuerdo tripartito de tres vías".
La ministra de Exteriores canadiense dijo compartir la meta de que el comercio apoye a los trabajadores y a las clases medias norteamericanas; pero advirtió que el comercio internacional "no es un juego de suma cero", en el que lo una parte gana lo pierde la otra.
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Los tres países pueden ganar si se eleva la competitividad, un factor que "es esencial para crear mayores empleos", sostuvo.
Freeland recordó que el Gobierno de Canadá advirtió ante ese anuncio que "como aliado y cliente número uno del comercio de acero, no acepta ninguna restricción comercial".
La negociadora canadiense reiteró la postura del Gobierno del primer ministro Justin Trudeau: en caso de que EEUU imponga aranceles, "tomará medidas apropiadas para defender sus intereses comerciales y a sus trabajadores y a nuestra industria metalúrgica".
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Finalmente, Guajardo dijo que los tres capítulos cerrados en la séptima ronda son tantos como los logrados en cinco reuniones anteriores en las 30 mesas para cada capítulo, establecidas desde agosto pasado.
Ese balance "de 100% en el avance" envía un mensaje del "compromiso de aterrizar un acuerdo con grandes ventajas para los tres países", dijo el anfitrión de la ronda.
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La negociación comercial trilateral norteamericana está entrampada en el asunto de las reglas de origen en la industria automotriz, una de las más afectadas si se aplican aranceles al acero y el aluminio.