"Los beneficios para Chile tienen relación con subir los estándares a niveles internacionales en ciertos temas, para estar a la vanguardia en materia de creación de reglas de comercio internacional y otros ámbitos", dijo el cientista político del Instituto Libertad, Antonio Canale-Mayet.
"Con esta estrategia se afianzan nuestras relaciones políticas, culturales, sociales y obviamente económicas con el resto del mundo; se puede decir que muchos de los esfuerzos de integración parten de lo económico, como ocurrió con la Unión Europea, el Mercado Común del Sur (Mercosur), el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, y desde ahí se avanza en lo político", describió Canale-Mayet.
El próximo 8 de marzo, autoridades de Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, México, Nueva Zelanda, Malasia, Perú, Singapur y Vietnam se reunirán en la ceremonia de firma del anteriormente conocido como TPP (siglas en inglés de Acuerdo de Cooperación Transpacífico) y rebautizado tras la salida de EEUU como Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico.
"En materia económica propiamente tal los beneficios no son tan altos, ya que tenemos tratados de libre comercio con los otros 10 países suscriptores, pero sí hay ventajas como en el acceso a productos", afirmó.
Por ejemplo, "se van a comercializar productos agropecuarios con Japón que no estaban en el TLC (tratado de libre comercio) ya existente", observó.
El doctor en ciencia política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk, cree que la importancia del tratado está principalmente en “la profundización de una tendencia de la política chilena al libre comercio”.
Por otra parte, “en el fondo, lo importante no es el TPP en sí mismo, sino los estándares que deberá adquirir Chile en temas tan importantes como la propiedad intelectual, por ejemplo”, observó.
Funk comentó que Chile fue interpelado en “varias instancias multilaterales” para que mejorara sus normas en materia de propiedad intelectual.
“Incluso cuando firmó el TLC con Estados Unidos en 2004 se le aconsejó a Chile respetar este derecho sobre todo en temas farmacéuticos”, aseguró.
Críticas
Los críticos al TPP han señalado precisamente algunas de esas exigencias.
La diputada comunista Camila Vallejo (izquierda) sostuvo que el acuerdo “hipoteca la soberanía del país”, mientras el diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson afirmó que “el TPP se negoció de manera secreta y oscura y afectará a la vida cotidiana de las personas”.
Canale-Mayet desestimó estas críticas.
“Cuando se firma cualquier tratado internacional, ya sea de derechos humanos o un acuerdo comercial, se pierde el derecho soberano de los países de cambiar su postura de un momento a otro”, argumentó.
En su opinión, "las nuevas generaciones han redescubierto una posición contraria al libre comercio y contraria a los TLC en una ideología que tiene sentido para algunos, pero que en la realidad ha funcionado así durante los últimos 20 o 30 años sin problemas", señaló.
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El TPP fue firmado en 2016 por 12 países, pero en enero de 2017 el recién investido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió retirar a su país del acuerdo, dejándolo al borde de la disolución.
Sin embargo, varios de sus miembros buscaron vías para evitar su muerte y Chile jugó un papel importante en las renegociaciones concluirán el próximo 8 de marzo con la firma de un nuevo texto en Santiago.
A partir de ese momento, los países firmantes someterán el tratado a ratificación parlamentaria para permitir su entrada en vigor.