Donald Trump declaró este 1 de marzo que su Administración gravará con aranceles del 25% y del 10% a las importaciones de acero y aluminio, respectivamente. De acuerdo con la cadena CNN, esta medida se aplica para apoyar a los productores nacionales.
"La posibilidad de que se produzca una escalada es real, como lo hemos podido observar en las respuestas iniciales de otros. Nadie quiere una guerra comercial. La OMC está observando muy de cerca la situación", declaró Azevedo, citado por Reuters.
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Las reacciones y las amenazas
Al mencionar "las respuestas de otros", Azevedo podría estar haciendo referencia a las reacciones de los políticos de distintos países y organizaciones que mantienen estrechos lazos comerciales con EEUU.
La Unión Europea y Canadá expresaron su rechazo a las nuevas tarifas y declararon que ellos no temen responder a Washington.
Además, Juncker declaró que Bruselas reaccionará de una manera firme y proporcional en los próximos días. Los grupos industriales apoyaron la posibilidad de responder a EEUU.
"La UE debe responder decisivamente con tarifas punitivas", enfatizó Sigmar Gabriel, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania.
De acuerdo con el portal ruso Vesti Finance, el país teutón podría ser el más afectado por las elevadas tarifas arancelarias de EEUU.
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En la Cámara de Comercio de Alemania consideran que el crecimiento de la economía de Alemania se puede ralentizar en un punto porcentual ya que EEUU es el comprador más importante para Alemania. Los ingresos recibidos gracias a las exportaciones al país norteamericano constituyen el 40% del PIB de Alemania.
De la misma manera, desde Canadá declararon que cualquier restricción impuesta a las exportaciones de acero y aluminio canadiense sería absolutamente inaceptable.
Por su parte, Steven Ciobo, ministro de Comercio, Turismo e Inversión de Australia, declaró a los periodistas que el anuncio de Trump es decepcionante.
"Una imposición de tarifas como estas no hará nada más que distorsionar el comercio y contribuirá finalmente a la pérdida de empleos", sostuvo Ciobo a la vez que agregó que los suministros australianos de acero y aluminio ascienden en total a 550 millones de dólares y Australia está tratando ahora de conseguir que la Administración Trump exima a sus exportadores de estas tarifas.
Según CNN, la decisión de Trump ha provocado una ola de críticas no solo entre los políticos clave, sino también entre los especialistas en materia de comercio internacional. Algunos temen que distintos países respondan a Washington con medidas parecidas para defender su seguridad nacional.
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"Este caso está abriendo una caja de Pandora en relación al tema de cómo los socios comerciales podrían contestar. La venganza dañará a las empresas estadounidenses, agricultores y empleados que exportan sus productos y que, como los espectadores inocentes, no tienen nada que ver con las importaciones de acero y aluminio", recalcó Chad Bown, profesor emérito del Instituto Peterson para Economía Internacional.
Las exportaciones estadounidenses de semillas de soja corren el mayor riesgo de ser afectadas por la posible aplicación de medidas de respuesta por los socios comerciales de EEUU, de acuerdo con CNN.
El objetivo de EEUU
Tras anunciar su decisión, Trump escribió en su cuenta en Twitter que las medidas formales relacionadas con la subida de tarifas serán tomadas la segunda semana de marzo. Asimismo, el mandatario estadounidense destacó que las condiciones que habían existido durante décadas afectaban la industria de producción de acero en EEUU.
"Nuestras industrias de producción de acero y aluminio (y muchas otras) han sido diezmadas durante décadas por condiciones comerciales injustas y una mala política. No permitiremos que aventajen a nuestro país, compañías y trabajadores. Queremos un comercio libre, honesto e inteligente", escribió Trump.
"Es evidente que estas acciones están dirigidas a defender la industria nacional que obtendrá claras ventajas competitivas", destacó Deev en declaraciones recogidas por la cadena RT.
Por su parte, Alexandr Románov, presidente de la Unión Rusa de Suministradores de Productos Metálicos, enfatizó a la cadena que actualmente el precio de una tonelada de acero en el mercado interno de EEUU asciende a los 800 dólares mientras que en el mercado internacional oscila alrededor de los 600. La introducción de tarifas empujará a los precios a crecer más y aumentará la rentabilidad de producción de los productos metálicos.
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"Pienso que los grupos de presión de EEUU lograron convencer a Trump de que es necesario restringir las importaciones de bienes metálicos. El país norteamericano necesita esta medida para desarrollar su propia industria metalúrgica", aseveró Románov.
"Supongo que las empresas rusas simplemente se reorientarán a otros mercados, aunque el coste de la producción de acero aumente", afirmó.
Actualmente en China se implementa una política de reducción de las capacidades de producción de acero, por lo que su producción disminuyó a la mitad en 2017 y se situó en 60 millones de toneladas al año. Esta es la razón por la que la introducción de nuevas tarifas en EEUU no causará una fatal reducción de la producción de acero en China, según Románov.
Al día de hoy EEUU es el mayor importador de acero en el mundo. Sus principales suministradores de esta aleación de hierro, carbono y otros elementos químicos son Canadá (16%), Brasil (13%), Corea del Sur (10%), México (9%) y Rusia (9%). Japón, Alemania y China también suministran un volumen considerable de acero.