Los Oscar son tan codiciados entre los artistas como entre los coleccionistas cinéfilos, algunos de los cuales son capaces de casi todo para hacerse con uno de estos premios. De ahí que algunos famosos reciban ofertas de personas menos escrupulosas para subastar la estatuilla o simplemente venderla en el mercado negro.
Desde 1950 la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por su siglas en inglés) creó un contrato en el obliga a todos los ganadores de la estatuilla a vender en primera instancia sus galardones a la institución que se los otorgó por el simbólico precio de un dólar.
Por eso, la mayoría de estatuillas entregadas después de los 50 que han cambiado de dueño terminan en el mercado negro en lugar de ser subastadas, una batalla que los abogados de la AMPAS encaran cada año. Sin embargo, los Oscar entregados antes de esta fecha pueden comprarse legalmente aunque son los menos.
Esta normativa además elevó los precios de las estatuillas entregadas desde 1929 hasta 1950, que ostentan cifras millonarias en mercado. Por ello es más económico y sobre todo posible encontrarlas de una forma un poco más oscura.
Los que se arriesgan, suelen ser perseguidos por abogados de la AMPAS quienes amenazan a los aficionados con demandas legales, en aras de que los costos de un eventual proceso hagan que los vendedores renuncien antes de despedirse del galardón.
Una de las más conocidas fue la compra por 1,54 millones de dólares del fallecido cantante Michael Jackson por el Oscar de mejor película a "Lo que el viento se llevó", logrado en 1940.
También se conoce que en 2003, el mago David Copperfield compró por 232.000 dólares (bastante poco en comparación con Jackson) la estatuilla que consiguió el director Michael Curtiz por "Casablanca" en 1944.
El Oscar a mejor guión que le fue entregado a Orson Welles por el clásico "Ciudadano Kane" en 1942 se vendió a fines de 2012 por 860.000 dólares.
Además se conoció que el director estadounidense Steven Spielberg, quien tiene en su haber tres Oscars, adquirió en subastas las estatuillas doradas obtenidas por Clark Gable en 1935 y Bette Davis en 1939. Spielberg donó la compra gentilmente a la AMPAS, al parecer con la intención de que estas permanecieran en la institución que las hizo valer.
Una cifra indicativa la da la demanda presentada recientemente por la AMPAS contra los herederos del director de fotografía Robert Surtees, quienes presuntamente vendieron en eBay por unos US$40.000 el Oscar que este ganó en 1953.
Según este sitio, especialistas aseguran que los Oscar que cambian de propietario sin permiso de la Academia se suelen vender a través de los mismos canales que el arte robado, con intermediarios y sin hacer publicidad de las operaciones.
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Probablemente más de uno de los que resulten premiados en la próxima ceremonia que se celebrará este domingo en Los Ángeles estaría interesado en vender su premio en los próximos años, a pesar de que ahora piensen que el reconocimiento es invaluable.