Según un reciente estudio de paleogenética, publicado por Science, los caballos de Przewalski son los descendientes asilvestrados de los ungulados domesticados de hace unos 5.500 años en Asia Central. Además, los antepasados de los caballos modernos fueron domesticados mucho más tarde, hace unos 4.000 años.
Заповедник Аскания-Нова.
Заповедник Аскания-Нова.
Para llegar a esta conclusión, los científicos tuvieron que analizar el ADN de los restos de 88 caballos antiguos y modernos que vivieron en el territorio de Rusia, Rumanía y Kazajistán.
"Nuestro descubrimiento anula por completo la historia de la domesticación de caballos. Estas criaturas que consideramos los últimos caballos salvajes son, de hecho, los descendientes de los primeros caballos domesticados, que en el pasado remoto huyeron de sus amos y gradualmente se volvieron salvajes", explica Ludovic Orlando de Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Cuando comenzaron a llevar la misma forma de vida que los modernos mustangs estadounidenses, su apariencia cambió: la melena se enderezó y la piel se tiñó de gris y se cubrió con manchas, explica Sandra Olsen, arqueóloga del Museo Nacional de Historia de Kansas.
También señaló que debido a esto los ancestros de los caballos de Przewalski se parecían mucho a los caballos salvajes representados en las paredes de las cuevas de Francia y España. Según Olsen, esto engañó a los biólogos que consideraban a los caballos de Przewalski los últimos representantes salvajes de este género en la Tierra.
La domesticación de caballos condujo a cambios fundamentales en la economía y la movilidad de los pueblos antiguos. Los caballos están asociados con la difusión de las lenguas indoeuropeas, la aparición de nuevas formas de metalurgia y nuevos métodos de guerra.