"El rebajamiento de Brasil refleja persistentes y grandes déficits fiscales, subida creciente de la deuda pública y el fracaso en las reformas legislativas que mejorarían el funcionamiento estructural de las finanzas públicas", expresó la agencia en un comunicado, resaltando de forma específica que estancar la votación de la reforma del sistema de pensiones es "un importante revés" y reduce la confianza en las finanzas públicas de Brasil.
Sin embargo, la explicación oficial dada por el Gobierno es que la reforma no puede aprobarse ahora porque está en vigor una intervención militar en el estado de Río de Janeiro (sureste), que impide que durante ese tiempo se modifique la Constitución (para reformar las pensiones hay que tocar la Carta Magna).
Otro argumento esgrimido por la agencia para rebajar la nota de Brasil es el panorama político en general, que continúa "desafiante" y podría empeorar en los próximos meses debido a las elecciones de octubre: "El ciclo electoral de 2018 puede traer más incertezas", subraya Fitch.
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El "rating" de Brasil para Fitch está ahora colocado tres niveles por debajo del grado de inversión, la misma calificación dada por la agencia Standard & Poor"s, que el pasado mes de enero también anunció la rebaja.