Las maniobras Saber Strike, Iron Wolf y Flaming Thunder tendrán lugar en 2018. El presupuesto alemán ya ha asignado más de 90 millones de euros para esta partida.
"Los ejercicios deben mandar una clara señal al Kremlin de que la injerencia en los Asuntos Exteriores de los países miembros de la OTAN va a tener consecuencias serias", informa Focus.
La OTAN aprobó en julio de 2016 un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa. Decidió apostar cuatro batallones multinacionales de más de 1.000 soldados cada uno en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
En mayo de 2016 entró en servicio el sistema estadounidense Aegis Ashore —parte del escudo antimisiles de la OTAN— en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península rusa de Crimea.
El Pentágono está construyendo otra instalación similar con radares y misiles interceptores en la localidad polaca de Redzikowo, a unos 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado.
Las autoridades rusas, por su parte, han reiterado en repetidas ocasiones que Rusia no amenaza a nadie, sino que solo defiende sus intereses nacionales y su territorio.
Lea más: La 'punta de lanza' de la OTAN: ¿una amenaza para Rusia?