En Río de Janeiro (sureste) los desfiles vuelven al Sambódromo, donde operarán "200 profesionales de la salud y 790 agentes de la Guarda Municipal" para garantizar que todo esté en orden, según informó a través de su cuenta de la red social Twitter el Ayuntamiento de la ciudad.
Beija Flor se impuso a sus contrincantes con un desfile titulado "Monstruo es quien no sabe amar: los hijos abandonados de la patria que les parió", una dura crítica al sistema social brasileño, fundado en la desigualdad y la corrupción.
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También seguirá la fiesta callejera en Río de Janeiro (más de 50 blocos) y en Recife y Salvador de Bahía (noreste), las otras dos ciudades con los carnavales más tradicionales de Brasil.