Previamente se informó que el comité ejecutivo del ANC que se reunió el 12 de febrero para decidir el futuro del mandatario envuelto en una serie de escándalos, acordó darle 48 horas para que renuncie al poder o destituirlo si se niega a hacerlo.
"No, no dimito", dijo Zuma a la cadena SABC al agregar que rechaza la decisión del ANC y la califica como injusta.
Añadió que no estaba en contra de la renuncia, y las discrepancias se referían solo a sus plazos.
El presidente explicó que quería anunciar su dimisión en junio de 2018 después de las cumbres de los BRICS y de la Unión Africana.
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En los últimos años, el partido gobernante ha estado sometido a presiones por parte de la oposición que acusa a Zuma de malversación de fondos públicos.
A finales del año pasado, el Tribunal Constitucional del país dictó que la cámara baja del Parlamento nacional había incumplido sus obligaciones al no presentar una moción de censura contra Zuma por haber financiado con fondos públicos una renovación de su residencia privada.
El mandato de Zuma expira en 2019, año en que Sudáfrica debe celebrar las próximas elecciones presidenciales.