"Tomé la decisión de dimitir inmediatamente", dijo.
Al mismo tiempo, Zuma destacó que no está de acuerdo con la decisión del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés) que el lunes acordó darle 48 horas para que renuncie al poder o destituirlo si se niega a hacerlo.
Más tarde Zuma había declarado que no tenía previsto dimitir al calificar de injusta la decisión del ANC.
Añadió que no estaba en contra de la renuncia, y las discrepancias se referían solo a sus plazos.
Zuma explicó que quería anunciar su dimisión en junio de 2018 después de las cumbres de los BRICS y de la Unión Africana.
Según informó la cadena News24, después de que Zuma renunciara a su cargo, el vicepresidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, asumirá las funciones del presidente, se espera que pueda prestar juramento el 15 o el 16 de febrero.
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Por su parte, la vicesecretaria general del ANC, Jessie Duarte, expresó la esperanza que todos los representantes de la formación voten a favor de que Ramaphosa asuma como presidente.
Zuma ha rechazado estas acusaciones alegando que todas las operaciones financieras han sido vigiladas por las autoridades competentes.
A finales del año pasado, el Tribunal Constitucional del país dictó que la cámara baja del Parlamento nacional había incumplido sus obligaciones al no presentar una moción de censura contra Zuma por haber financiado con fondos públicos una renovación de su residencia privada.
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El mandato de Zuma expiraría en 2019, año en que Sudáfrica debe celebrar las próximas elecciones presidenciales.