"Si el núcleo de la joven Tierra constaba completamente de líquido puro y homogéneo, entonces el nucléolo interno no debería existir, ya que esta materia no podía haberse enfriado hasta la temperatura que permite su formación", señala James Van Orman, de la Universidad Case de la Reserva Occidental en Cleveland (EEUU).
El tiempo de esta transición es extremadamente importante para los geólogos, puesto que permite estimar la velocidad con la que se enfría actualmente el centro de la Tierra y cuánto tiempo durará el 'escudo' magnético de nuestro planeta, que nos protege de los efectos de los rayos cósmicos y la atmósfera de la Tierra del viento solar.
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Según los geólogos, algo similar ocurrió hace unos 4.200 millones de años dentro del núcleo de la Tierra, cuando una parte cristalizó repentinamente. Van Orman y sus colegas trataron de reproducir este proceso utilizando modelos informáticos del interior del planeta.
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Por lo tanto, dos son los escenarios más probables: el núcleo del planeta debería haberse congelado por completo, o bien debería haber permanecido completamente líquido. Ambos no son válidos, puesto que la Tierra tiene un núcleo interno sólido y uno externo líquido.
Es decir, los científicos no tienen respuesta a esta pregunta. Van Orman y sus colegas invitan a todos los geólogos a pensar cómo un 'trozo' de hierro lo bastante grande se generó en el manto del planeta y 'se hundió' en su núcleo, o bien encontrar algún otro mecanismo para explicar cómo se dividió en dos partes.