Según la publicación, la estrategia de influencia china y los intentos del líder del país asiático, Xi Jinping —"el más fuerte desde la época de Mao"—, de sustituir la democracia liberal por el capitalismo autoritario son en realidad una mayor amenaza para Europa que la mítica 'amenaza rusa'.
"China mueve las piezas de ajedrez y lo hace de una manera mucho más ofensiva de lo que parece", afirmó Kauffmann.
Pese a que "todos los ojos están centrados en Rusia, es China el verdadero problema de mañana, y queremos advertir a los europeos", declaró al medio un especialista norteamericano en las relaciones ruso-estadounidenses, que prefirió mantenerse en el anonimato.
Así, en 2018, el consorcio chino Cosco 'tomó el control' del puerto griego de Pireo, que constituye el centro de transporte europeo de la Nueva Ruta de la Seda. Al mismo tiempo, la presencia china en la región no era motivo de preocupación para los europeos hace 10 años, en medio de la crisis financiera.
"En cambio, Atenas respaldó las inversiones chinas. Sin embargo, ahora Bruselas es consciente de las ambiciones de Pekín, así que 'levanta puentes' para proteger los intereses estratégicos de la UE", afirmó Kauffmann.
Según un reciente informe elaborado por el Instituto de Política Global Pública (GPPi, por sus siglas en inglés), el Instituto de Estudios Chinos de Mercator (MERICS) y varios centros de expertos alemanes y titulado 'Ímpetu autoritario: cómo se puede responder a la creciente influencia política china en Europa', "las autoridades chinas tienen por objeto interferir e influir en las élites políticas, económicas, mediáticas y académicas, además de la sociedad civil de los países europeos". De acuerdo con la publicación, las actividades de Pekín "son más aplicables a los países más pequeños y vulnerables", en particular, los Estados del este de Europa, algo que intensifica la fragmentación interna de la UE".
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No obstante, China no solo amenaza a Europa, aseveró la columnista, sino que también a Australia. Según Kauffman, China persiste en sus intentos de intervenir en la vida política del país oceánico, que tiene vínculos económicos con Pekín y donde residen más de 1.200 personas de origen chino.
