Al nombrar a Vasíliev líder interino de la república de Daguestán, el presidente ruso, Vladímir Putin, perseguía dos objetivos: combatir la corrupción rampante en la región y romper el sistema administrativo compuesto de clanes, sostuvo el periodista ruso Guennadi Petrov.
"La situación [en Daguestán] no dejó otra opción [a las autoridades federales de Rusia]: todos los intentos de modificarla a través de medidas 'cosméticas' no causaron el efecto esperado", escribió Petrov en su artículo para la revista rusa Expert.
Según el periodista, no era un secreto que el Kremlin quería poner las cosas en orden en la república. Las autoridades rusas no querían simplemente resignarse con la situación actual.
Desde la URSS, Daguestán había tenido un sistema administrativo basado en cuotas por nación no oficiales. Es decir, los representantes de ciertas naciones controlaban determinados órganos de poder, mientras que los delegados de las etnias locales más grandes —dargines y ávaros— ocupaban el cargo de presidente de la república.
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"Moscú respetó y no trató de cambiar este sistema nacional de clanes por mucho tiempo. Así era en los años 90 del siglo pasado y en la primera década del siglo XXI. La elección de esta táctica era comprensible. Al ser una república multinacional, Daguestán, vecina de la inquieta Chechenia y de la explosiva zona de Transcaucasia, se parecía al Líbano ruso, donde para mantener la estabilidad era necesario cerrar los ojos a muchas cosas. Sin embargo, lo que al principio había sido una condición de supervivencia se convirtió en un gran problema para las autoridades federales", aseguró el autor.
Actualmente, Daguestán es la región campeona en cuanto a la recepción de dotación federal. No obstante, la república sigue siendo una de las regiones más deprimidas del país: tiene un bajo nivel de calidad de vida y un alto nivel de corrupción.
"El presupuesto de Daguestán parece un agujero negro en el que se pierden los recursos federales, sin eficiencia", señaló el autor. El Kremlin trató de cambiar la situación con ayuda de funcionarios locales sin modificar la estructura de poder regional.
Sin embargo, ni Magomedsalam Magomédov, ni Ramazán Abdulatipov —exjefes de la República— lograron cumplir esta tarea y la corrupción se mantuvo al mismo nivel.
"Ahora la misma misión recae sobre Vasíliev, quien, una vez en el cargo, empezó a actuar de forma muy enérgica", sostuvo Petrov.
Así, el 5 de febrero se produjo el arresto de Abdusamad Gamídov, primer ministro interino; de Shamil Isaev, vice primer ministro; así como de muchos otros políticos que ocuparon altos cargos en la república. La campaña anticorrupción debería haber contado con un apoyo masivo. Sin embargo, no todo es tan fácil, aclaró el periodista.
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"Las autoridades federales no solo tendrán que limpiar los corruptos 'establos de Augías' en Daguestán sino que deberán tomar en cuenta las tradiciones locales. Todo dependerá de cómo las autoridades locales podrán combinar estas dos tareas: si se logra cambiar la situación en Daguestán o la república seguirá siendo un agujero financiero", concluyó el periodista.