"Aterrorizan al empresariado con sanciones extraterritoriales, multas, amenazas de huidas de capitales y contratos", declaró Pankin al agregar que "nuestra tarea es hacer frente a estos fenómenos utilizando varias herramientas, como el poder blando, y defender los intereses de nuestras empresas".
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
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Ese mismo año, EEUU, la Unión Europea y otros países aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia, aunque Moscú ha subrayado en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania.
El Gobierno ruso ha refutado repetidamente esas acusaciones, a las que tacha de absurdas y de intentos de distraer la atención del pueblo estadounidense de otros asuntos internos.
Además en el ámbito mediático, el Parlamento Europeo aprobó en noviembre de 2016 una resolución que llama a contraponerse a los medios rusos, citando como principales amenazas a Sputnik y RT.
En noviembre de 2017, el Departamento de Justicia de EEUU incluyó a la cadena RT America en su lista de "agentes extranjeros" alegando una polémica ley del año 1938 conocida como FARA.
Más tarde, el Congreso estadounidense retiró la acreditación a los periodistas de RT America, lo que les impide ejercer su labor periodística en esa institución.
En el frente deportivo, el pasado 5 de diciembre el Comité Olímpico Internacional (COI) vetó la participación de los atletas rusos en los Juegos Olímpicos Pyeongchang 2018 bajo la bandera nacional pese a no haber encontrado pruebas del llamado "dopaje institucional" del que acusan a Rusia, por lo que 169 deportistas considerados "limpios" por el COI competirán en JJOO bajo bandera neutral.