A mediados de 2017, 20,9 millones de personas estaban recibiendo terapia antirretrovírica en todo el mundo. Respecto a la sobrevida, se pasó de un pronóstico de 5 a 10 años, a que las personas vivan más tiempo y con mejor calidad de vida.
Sin embargo el acceso a los fármacos varía de acuerdo a las zonas del mundo. No es lo mismo en países desarrollados que en continentes como África.
"(En África) los últimos tratamientos no están accesibles, incluso se están tomando cosas que aquí en España ya no se dan", explicó a Sputnik Ramón Espacio, presidente de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida de España.
Conozca más: Ministerio de Salud de Rusia incrementa en 20% presupuesto para pacientes de VIH
En sus inicios, el VIH atacaba a una parte de la población que siempre había permanecido segregada (homosexuales, drogadictos, trabajadores sexuales), y la enfermedad se convirtió en tabú. Algo que no se ha logrado transformar con los años.
"Hemos avanzado mucho en aspectos médicos. (…) Pero de aquel tabú que la rodeaba queda mucho por hacer. El estigma social a las personas que viven con esta enfermedad sigue existiendo. Cerca de 60 países tienen restricciones de entrada para estas personas", dijo Ramón Espacio.
Muchos especialistas coinciden en que en los últimos años han disminuido las campañas de difusión, y en consecuencia existe desconocimiento por parte de la población respecto a la forma de contagio y su tratamiento.
"Lo que hay que trabajar ahora es que la gente conozca más, se informe más, y se enferme menos. Para eso hay que trabajar fuertemente desde el sector público, y también desde la sociedad civil", señaló Kurt Frieder, presidente de la Fundación Huésped de Argentina.
"Para esto la globalización ha sido útil. Y en realidad los tratamientos han llegado aquí, como la industria farmacéutica llega a todos lados. (…) La diferencia puede estar en los costos. Pero también lo que observamos en Latinoamérica es que la mayor parte de los países lo están tomando como un costo para la salud pública", explicó Frieder.