"En Brasil ya no hay un Estado de Derecho, las elecciones serán un momento clave para defender un Estado que ya no tenemos". Esas son las palabras de Guilherme Simões Reis, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro.
"Antes del golpe contra Dilma Rousseff [12 de mayo de 2016] las elecciones realmente decidían quién iba a dirigir al país, ahora ya no se puede decir eso. No tenemos democracia, no sabemos si realmente quien sea elegido vaya a poder implementar sus políticas, si va a sufrir un golpe o no", explicó a Sputnik Simões Reis.
Las elecciones están programadas para octubre de 2018; se elegirá presidente y vicepresidente, los miembros del Congreso Nacional, los gobernadores y vicegobernadores estatales, y los integrantes de las asambleas legislativas estatales.
De todas formas, el partido ya anunció que iba a ser su candidato. Todas las encuestas de intención de voto indican que es el favorito, aún después de la ratificación de la condena, el 24 de enero de 2018.
"No hay que tratar como normal que Lula no pueda competir, por eso el PT está diciendo que no tiene otro candidato más que él, igualmente ese es el discurso correcto; no podrían adoptar otro", explicó Simões Reis.
Simões Reis se refiere a Fernando Haddad, ex alcalde de Sao Paulo miembro del PT, Guilherme Boulos, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo de Brasil, un candidato más "popular" y con "más fuerza", y Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista, exministro y exgobernador de Ceará.
La oposición no tiene un candidato "fuerte", es más, el experto aseguró que "está fragmentada". Sin embargo, ya se sabe que Geraldo Alckmin, gobernador de São Paulo, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) competirá por el sillón presidencial. Alckim cuenta con el apoyo de la poderosa Federación de Industrias del Estado de São Paulo (FIESP), pero "no es popular". En otro posible escenario está Marina Silva, precandidata de la Rede Sustentabilidade, quien ya compitió en las pasadas elecciones.
"Bolsonaro defiende torturas y la dictadura militar; se pude decir que es un fascista más pro-mercado que los fascismos tradicionales. Siempre fue elegido por militares, pero ahora está haciendo campaña contra la izquierda diciendo que todos son corruptos y la clase media en grandes partes lo apoya; es la criminalización de la política", dijo Simões Reis a Sputnik sobre este político evangelista.
A su vez, el experto considera que pueden aparecer candidatos desde la esfera judicial y/o policial. Sérgio Moro, el juez que condenó a prisión a Lula, es uno de los posibles contingentes. "Realmente es muy popular entre sectores reaccionarios y que criminalizan a la política", explicó Simões Reis.
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Según el experto, la oposición "no está preocupada por el Estado de Derecho, que está estropeado; no existe. Lo importante es prender fuego al enemigo, y el enemigo es Lula y el PT, entonces existe una persecución política muy grave".