En la acción del pasado junio murió el feligrés Makram Ali y doce personas resultaron heridas.
"Esto fue un ataque terrorista; usted pretendía matar", declaró la jueza Parmjit Kaur Cheema-Grubb al dictar cadena perpetua por asesinato e intento de asesinato.
Durante el juicio se desveló que el líder laborista, Jeremy Corbyn, estuvo inicialmente en la diana del ahora convicto, quien residía en Gales, tiene cuatro hijos y estaba desempleado.
Cortes y desvíos en la carretera le impidieron alcanzar su destino y emprendió entonces rumbo hacia el distrito de Finsbury Park, que el dirigente laborista representa en el Parlamento de Westminster.
De acuerdo con la magistrada, Osborne emprendió una "acción suicida" en la que salvó la vida gracias a la intervención del imán de la mezquita, quien impidió su linchamiento.
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El asesino tenía un historial de conducta agresiva y violenta, además de una larga serie de antecedentes penales por robo y asalto, según se supo posteriormente.
"Usted se expuso a una ideología racista y contraria al islam con su uso de Twitter", le dijo Cheema-Grubb.
El caso ha puesto en evidencia el peligroso atractivo de grupos de extrema derecha, como Britain First, cuyos mensajes polémicamente retuiteó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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Osborne también seguía las comunicaciones del notorio líder ultra inglés, Tommy Robinson, y días antes del ataque vio un docudrama de la BBC sobre explotación sexual de adolescentes por parte de varones de origen asiático en la ciudad inglesa de Rochdale.