El decreto publicado el 30 de enero deroga una parte del firmado por el predecesor de Trump, Barack Obama, en 2009, que instaba a cerrar la cárcel "lo antes posible".
"Los procedimientos relacionados con los detenidos en la Base Naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo son legales, seguros, humanos y se llevan a cabo de conformidad con el derecho internacional y el de Estados Unidos", asegura el decreto.
El documento presidencial indica que las operaciones estadounidenses en Guantánamo continuarán "dado que varias personas que permanecen en el centro de detención están siendo procesadas por comisiones militares, mientras que otras deben estar detenidas para estar protegidos frente a amenazas continuas y significativas contra la seguridad de Estados Unidos".
A fines de diciembre de 2016, a pesar de la negativa del Congreso de financiar el cierre de la cárcel en 2017, Obama continuó transfiriendo prisioneros de Guantánamo a terceros países.
Por su parte, Trump declaró en varias ocasiones que no apoya la idea de cerrar este centro penitenciario, ya que considera que la transferencia de presos representa una amenaza a la seguridad de EEUU.
En la actualidad en Guantánamo continúan presas 41 personas.
EEUU empezará a reformar prisiones en 2018, declaró el presidente estadounidense.
"Este año empezaremos a reformar nuestras prisiones para ayudar a los antiguos presos que han cumplido su condena a obtener una segunda oportunidad en la vida", dijo.