"Lo que más nos asusta es saber que murió estando muy bien de salud, sin tener ninguna contraindicación (de la vacuna)", explicaron fuentes de la familia, según recoge el diario Folha de São Paulo.
En las primeras semanas de enero al menos otras dos personas murieron en São Paulo debido a la reacción a la vacuna de la fiebre amarilla: una mujer de 75 años y un hombre cuya identidad no fue revelada, ambos con inmunidad baja.
Actualmente la vacuna contra la fiebre amarilla, enfermedad infecciosa de origen vírico que se transmite por la picadura de un mosquito, está recomendada en personas de entre nueve meses y 59 años de edad, mientras que los más mayores necesitan el visto bueno de un médico para evaluar el estado de su sistema inmunológico.
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El sureste de Brasil, principalmente los estados de Minas Gerais, São Paulo y Río de Janeiro, vive desde hace semanas el brote de fiebre amarilla más grave de los últimos años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la ciudad de São Paulo en área de riesgo de fiebre amarilla y las autoridades brasileñas lanzaron una campaña para vacunar a 19,7 millones de personas en los próximos días.