Este "periodo de transición" será el "puente a la futura asociación" con la Unión Europea (UE), según el ministro británico del Brexit, David Davis.
Pero la primera ministra, Theresa May, ha aceptado de antemano mantener al país dentro de la unión aduanera y el mercado interior de la UE, respetando y aplicando las correspondientes "normas y regulaciones".
"Pero participar en la unión aduanera no debe impedir y no nos impedirá que negociemos formalmente, e incluso firmemos, acuerdos comerciales independientes", desafió Davis en un discurso ante exportadores
Los conservadores intentan impulsar las relaciones comerciales con Latinoamérica desde que recuperaron el poder en 2010 en la coalición gubernamental liderada por David Cameron.
Ese año lanzaron la ´Agenda Canning´ (en referencia a George Canning, canciller del siglo XIX con especial interés en el continente latino) con el propósito de aumentar los niveles de comercio e inversión en la amplia región.
El programa dio frutos y las exportaciones británicas de bienes a las principales economías de la zona crecieron un 33% (de 5.140 a 6.850 millones de libras) en sus tres primeros años de operación, según un estudio de Canning House, foro de diálogo entre Reino Unido y América latina.
Unicamente el 1,4% de las exportaciones de Reino Unido se destinan a América Latina, según el secretario de Estado para las Américas, Alan Duncan.
La creación del Ministerio de Comercio Internacional en 2016, tras el referéndum Brexit, ha potenciado otro impulso al desarrollo de las relaciones con América del Sur.
Así, el pasado septiembre, se lanzó un "nuevo diálogo comercial con mercados emergentes de Suramérica para fortalecer el comercio bilateral y las relaciones de inversión en el pos-Brexit".
Las primeras iniciativas llevaron al aumento de los créditos a la exportación con destino a Colombia, Ecuador y Perú.