La estrategia nuclear de la Unión Soviética se basó principalmente en una política que excluye la posibilidad de atacar al enemigo, salvo cuando el propio país se viera sometido a una agresión nuclear.
El medio estadounidense pone de relieve que una posible "agresión a Rusia" contra los países bálticos daría como resultado un contraataque por parte de la OTAN. Según The National Interest, "las tropas rusas sufrirían una derrota o serían considerablemente dañadas" en dicho escenario.
No obstante, si las tropas de la OTAN entran o atacan blancos estratégicos en el territorio ruso, Moscú podría calificarlo como una amenaza a la existencia del Estado y emplear armas nucleares para contrarrestar la ofensiva del bloque, prosigue el artículo.
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Asimismo, los analistas del medio estadounidense suponen que el arsenal nuclear de Rusia es considerablemente menor que el de la URSS. De acuerdo con los datos encontrados por el medio, la parte rusa puede disponer de unas 4.000 armas nucleares tácticas.
Las autoridades rusas, a su vez, han reiterado en numerosas ocasiones que su doctrina militar tiene carácter defensivo, si bien sus armas nucleares lo tienen disuasivo: el único objetivo es defender la integridad territorial de su país y a sus propios ciudadanos.