El gesto del papa, considerado por las masas como una figura más abierta que sus predecesores y con ansias de generar un cambio en la Iglesia católica, se ganó la simpatía del público. Pero no de las alas más conservadoras de la institución, que enseguida comenzaron a detectar irregularidades en la ceremonia.
"¿Saben qué casamiento está 'listo' para ser anulado? Uno realizado aparentemente de improviso en un avión y cuyo celebrante ni siquiera puede estar seguro de si los contrayentes están efectivamente bautizados", publicó de manera sarcástica el blog católico Rorate Caeli en su cuenta de Twitter.
Do you know what's a "marriage" ripe for annulment? One celebrated apparently on a whim in an airplane whose celebrant cannot even be sure if parties are validly baptized…
— Rorate Caeli (@RorateCaeli) 19 de enero de 2018
En 'In the Light of Law' (en inglés, en la luz de la ley), otro blog católico, un especialista en derecho canónico enumera las maneras en la que el rito administrado por el papa entra en conflicto con las normas de la Iglesia. Por ejemplo, en la pertinencia de los testigos y otras sutilezas del proceso.
Lea también: ¿Por qué viajar puede ser más placentero que casarse?
El papa Francisco, no obstante, defendió en conferencia de prensa antes de volar de regreso a Roma su gesto y desestimó los 'peros' puestos por estas voces que consideran nulo el matrimonio.
Al parecer, el santo padre conversó con los contrayentes, supo que realizaron cursos prenupciales y decidió administrar una vez a bordo el rito por considerar que estaban aptos para el sacramento, por el contrario de los que consideran que la situación podría sentar un precedente negativo en la iglesia.
"Yo decidí que estaban preparados. Ellos sabían lo que estaban haciendo. Los sacramentos son para las personas. Todas las condiciones estaban claras. Así que ¿por qué no hacer lo que puedes hacer hoy en lugar de aplazarlo para mañana, cuando mañana pudiera convertirse en dentro de 10 o 20 años?", aseguró el sumo pontífice.