"Si hacemos un balance de lo ocurrido en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en el año transcurrido, podemos decir que al igual que quienes le antecedieron en la primera magistratura de ese país, ese mandatario es un perdedor", dijo a Sputnik el periodista, analista político y colaborador del Instituto de Historia de Cuba José Bodes.
El 16 de junio de 2017, Trump anunció desde Miami restricciones en los nexos bilaterales, y el 9 de noviembre su Gobierno puso en práctica disposiciones y regulaciones mediante los documentos Lista del Departamento de Estado sobre Entidades Cubanas Restringidas y las Regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, sobre las transacciones financieras y los viajes a Cuba.
Asimismo, cobraron vigencia las Regulaciones de la Oficina de Industria y Seguridad (BIS, en inglés) del Departamento del Comercio, que establecen límites sobre la política de licencias de exportaciones y reexportaciones hacia la isla del Caribe.
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La lista del Departamento de Estado incluye a 179 entidades cubanas con las cuales quedaron prohibidas las transacciones financieras directas de entidades y ciudadanos estadounidenses, y a las que se aplica una política de denegación de licencias de exportación y reexportación de bienes y servicios de Estados Unidos.
"De esa manera es imposible que pueda existir una relación normal y beneficiosa para las dos partes como sucede con Europa, Asia y el resto del mundo", subrayó el periodista de 80 años en alusión a la desventaja de los empresarios estadounidenses en la competencia por este mercado respecto a sus colegas de otras regiones.
Por su parte, el subdirector y analista internacional de la emisora Radio Habana Cuba, Pedro Martínez Pírez, retomó el tema de los supuestos ataques acústicos a los que calificó de "pretexto burdo".
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"Es una falsedad dirigida a crear una imagen negativa de Cuba como receptora de viajeros del exterior y una forma de tratar de justificar la disminución de vínculos bilaterales que exigen políticos como Rubio, miembro del comité senatorial que investiga la también supuesta injerencia rusa en las elecciones norteamericanas", razonó.
Según Martínez Pírez, "Trump tiene que hacer juegos malabares en su lenguaje agresivo contra Cuba" debido al respaldo creciente a las relaciones con la isla de la Unión Europea y otras naciones del mundo, y a la soledad de Estados Unidos en su política de bloqueo, confirmada en 2017 nuevamente en la Asamblea General de Naciones Unidas con el voto a favor de la isla del Caribe de 191 Estados y la sola oposición de Washington e Israel.
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Con una visión más concreta sobre el tema, conversó con Sputnik Carmen Palmero, propietaria del hostal La K`sona, sito en la calle 11 número 109 entre D y E del barrio de Lawton, en el municipio habanero de 10 de Octubre, cuyos clientes principales a inicios de 2017 procedían de Estados Unidos.
"Todos los extranjeros que llegan aquí y disfrutan nuestra oferta critican la política del mandatario de un país que limita las posibilidades de sus ciudadanos y de otros contribuyentes –comentó Palmero-, me dicen que resulta absurdo afectar por motivos políticos a gente que solo quiere viajar libremente".
La propietaria privada que aprovecha la modernización de la economía de su país también indicó que la política de Trump genera rechazo entre los cubanos porque más que contra el gobierno del presidente Raúl Castro está dirigida contra los pequeños y medianos empresarios como ella.
Insistió en que por motivos políticos los gobernantes estadounidenses atentan contra la economía de emprendedores privados que solo buscan la prosperidad de su familia y sus trabajadores, pero también limitan las libertades de sus conciudadanos.