A pesar de las crisis y de la aparente ausencia de enemigos externos, durante la última década Egipto viene invirtiendo en su Ejército a pasos agigantados. Desde 2010, El Cairo ha adquirido 387 tanques estadounidenses M1 Abrams, así como 762 camiones blindados de tipo MRAP. Según algunas estimaciones, para 2016 el Ejército egipcio contaba con 1.360 vehículos de combate, lo que casi triplica el arsenal regular estimado de tanques de las Fuerzas Armadas israelíes, apunta Gazeta.ru.
En los años posteriores a la llamada primavera árabe y a la llegada a la Presidencia de Egipto del general Abdelfatá al Sisi, EEUU pasó a un segundo plano entre los principales proveedores del país.
En 2014, El Cairo y París acordaron la construcción de cuatro corvetas de tipo Gowind-2500 por una suma de 1.000 millones de dólares. Un año más tarde, Egipto adquirió a Francia los dos buques portahelicópteros de clase Mistral por 1.060 millones que inicialmente debían ser entregados a Rusia por 1.530 millones de dólares. De acuerdo con el comandante de la Armada egipcia, el almirante Osama Rabie, citado por Defense News, la adquisición de corvetas y portahelicópteros está destinada a proteger los depósitos de gas natural recién descubiertos en el país y a fortalecer las medidas antiterroristas.
Además, la llegada de Abdelfatá al Sisi al poder ha supuesto un incremento sustancial en la cooperación militar con Rusia. En 2015, El Cairo concluyó con Moscú un acuerdo para la compra de sistemas de defensa antiaérea S-300VM por valor de 1.000 millones de dólares. 42 helicópteros rusos Ka-52 ya se están entregando a Egipto, incluyendo la versión marítima Ka-52K, que deberá equipar al ala aérea embarcada de los Mistral. A esto se le suman los 50 cazas polivalentes MiG-29, cuya entrega deberá culminar para 2020.
Una de las causas que pueden explicar el fortalecimiento del poderío militar de Egipto radica en que intenta restablecer su posición de "principal fuerza en el mundo árabe", estima el analista principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel, Ofir Winter. Para ello, el Gobierno actual debe "mejorar la imagen" del país ante sus vecinos y "hacer Egipto grande otra vez", apunta Winter.
Además de la amenaza terrorista existente en la península del Sinaí, El Cairo ve como un potencial riesgo la situación en Libia, en el oeste, y en Sudán y Etiopia, en el sur, considera Ruslán Mamédov, coordinador del Consejo Ruso de Asuntos Exteriores.
"Un tema aparte es la necesidad de asegurar la futura producción y entrega de los yacimientos egipcios, así como la seguridad de la navegación en el canal de Suez y el golfo de Adén —teniendo en cuenta la situación en Yemen y en Somalia—. Todo esto requiere de una atención constante", compartió Mamédov con Gazeta.ru.
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Tradicionalmente, el Ejército egipcio ha sido considerado como uno de los más capaces del mundo árabe. El país siempre ha seguido una política de diversificación de sus adquisiciones en el ámbito militar, pero en los últimos años Rusia se ha hecho con el liderato entre los proveedores.
"Durante la primavera árabe y, en particular, durante la crisis política interna en Egipto, EEUU simplemente traicionó a su fiel aliado [el expresidente] Hosni Mubarak. La reorientación de las compras de armas en favor de Rusia es consecuencia directa de esta desilusión con EEUU en Egipto", explica Mamédov.