"Nos sorprendió que se viralizara el proyecto. Lo pensamos desde el año pasado y estábamos preparados para recibir un máximo de 70 personas, pero ese primer día no dimos a basto, llegaron 280 estudiantes al sitio del encuentro y tuvimos que reestructurarnos", contó Guevara.
La idea inicial es orientar a los estudiantes del nivel medio con vistas a los exámenes de febrero e indicarles cómo organizarse para el estudio, además de aclarar dudas y repasar contenidos.
Guevara imparte clases de Cívica, y el resto de los compañeros ayudan con asignaturas afines a su orientación vocacional, es decir, ingenieros que imparten Física, Matemáticas y Química y futuros médicos que imparten Biología, entre otras.
"Nos han escrito estudiantes de muchos barrios de Montevideo como La Unión, Centro, Buceo y Malvín Norte. Y nos alegra que tengan la esperanza de pasar los exámenes y que nosotros podamos ser parte de ese esfuerzo desde Paso de la Arena (el barrio de Guevara)", contó emocionado.
Sin embargo culminó el secundario sin mayores contratiempos y como estudiante universitario se interesó por ayudar a quienes como él pasaron algunos aprietos con los exámenes. "Me fui a Examen" funciona a través de un contacto inicial vía Whatsapp en la que se solicitan los datos iniciales como la fecha del examen.
"Hay mucha gente que se ha sumado a donar pizarrones y nos llena el corazón de alegría saber que hay gente que está interesada en formar parte", resaltó Guevara.
Sobre la continuidad del proyecto el entrevistado comentó que podría seguir después de febrero. "La idea es esperar que pasen los exámenes, que la mayoría puedan aprobar las materias y luego ver cómo seguimos el año, pues esto requiere de más colaboradores y un equipo sólido", aseguró.
"Primero llamó el chico para preguntarnos si podía cursar y nosotros le tomamos los datos y agendamos. Al rato llamó la madre para agradecernos y contarnos que estaba muy preocupada por el hijo que en varias ocasiones le había planteado dejar la escuela", explicó el entrevistado.

"Está muy agradecida porque lo vio motivado otra vez. Ellos no tienen cómo pagar profesores y el chico lleva cinco materias, estaba desmotivado", contó el joven.
Según Guevara, la motivación es uno de los aspectos a trabajar siempre en las clases pues muchos llegan a febrero en medio de las vacaciones sin la esperanza de salvar las asignaturas pendientes.
"A estas edades muchos jóvenes no saben qué van a hacer en su vida, no tienen una formación vocacional y ven las dificultades en el estudio como fracasos irreversibles", comentó.
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"Entonces la idea es también animarlos un poco. Ellos pueden ver en nosotros un ejemplo de cómo hemos logrado seguir a pesar de circunstancias adversas. Juntos podemos ayudar a quienes lo necesiten y pensamos que lo único perdurable en el tiempo es aquello que hagamos por los demás", concluyó.