"El problema realmente se resolverá cuando Japón se disculpe de todo corazón y las víctimas puedan perdonarlo", dijo.
El Imperio de Japón ocupó la península de Corea de 1940 a 1945. Unas 200.000 asiáticas, en su mayoría coreanas, fueron explotadas como esclavas en burdeles militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, quedan unas cuantas decenas de supervivientes confirmadas de aquella tragedia.
A finales de 2015, Japón se comprometió a asignar un billón de yenes, o unos nueve millones de dólares, para "curar las heridas y restaurar la dignidad" de estas víctimas, pero congeló la transferencia después de que una ONG erigiera frente a la embajada nipona en Seúl un monumento para homenajear a las llamadas "mujeres de compañía".
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En enero pasado, Japón retiró por un tiempo a su embajador en Corea del Sur después que una estatua similar se instalara delante del consulado japonés en Busan.