La primicia fue publicada por Al Quds Al Arabi, medio árabe con sede en Londres. El mismo informaba el pasado 6 de enero que, según sus propias fuentes en Teherán, Ahmadineyad había sido capturado durante una visita a la ciudad de Busehehr bajo cargos de "incitación a disturbios", en referencia a las protestas que se desataron días atrás en varias localidades del país persa, y que este negociaba su prisión domiciliaria.
Ahmadineyad había sido amenazado y señalado como "sedicioso" por las autoridades iraníes, luego de que este hiciera declaraciones públicas contra el Gobierno de Rohaní.
Antes del inicio de las protestas, la máxima autoridad del sistema judicial iraní, el ayatolá Sadeq Larijani, había acusado a Ahmadineyad de criticar el sistema judicial, ya que "cualquiera que socave el sistema político (iraní) está cometiendo sedición", afirmó. Como respuesta, el expresidente lo desafió a presentar pruebas de la acusación en 48 horas.
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Mahmud Ahmadineyad pertenece al sector 'conservador' de la política iraní que representa a los herederos de la Revolución iraní, a los continuadores de la causa antimperialista de Jomeini. Por su parte, el de Rohaní es considerado como un gobierno 'liberal', más flexible a la apertura de las relaciones con las potencias occidentales como Estados Unidos. *
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La libertad o la detención del líder político iraní siguen siendo posibilidades reales hasta que Ahmadineyad dé muestras de su libertad o hasta que el Gobierno de Rohaní emita una declaración al respecto.
Mientras tanto, las alarmas indican que la lucha política en la nación persa se ha recrudecido.
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* Hasta la llegada de Trump al poder ninguna potencia occidental tenía problemas con el actual presidente iraní. Tanto Obama como los líderes europeos lo consideraban un personaje clave para el acercamiento de intereses, al contrario de su contrincante político Mahmud Ahmadineyad. Fiel reflejo de esta relación fue el acuerdo nuclear 5+1 firmado en 2015, que contó con el apoyo de los líderes mundiales, a excepción de Israel.
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