Los cuerpos de los menores, una mujer y un varón, hermanos de entre 8 y 12 años, fueron encontrados en septiembre del 2017. Fueron torturados y mutilados y sus pedazos fueron arrojados en bolsas y cajas. Luego de meses de investigación, la principal hipótesis que manejan las autoridades es que las víctimas, que serían argentinos, fueron obligados a participar en un ritual satánico donde fueron asesinados.
El sospechoso buscado por la Policía del estado brasileño Rio Grande Do Sul sería el encargado de entregar a los menores para que fueran ofrecidos en sacrificio que, según el sitio brasileño Gaúchaz, fue encomendado por dos empresarios inmobiliarios bajo la creencia de que les traería prosperidad en sus negocios.
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Hasta el momento la Policía detuvo a cuatro sospechosos, uno de ellos conocido como "El Brujo". La investigación del hecho comprobó que el niño tenía en su cuerpo altas cantidades de alcohol, y que la niña presentaba cortes de cuchillo. Hasta el momento los cráneos de las víctimas no han sido encontrados.
