En su mensaje navideño divulgado en las redes sociales Lula pedía que 2018 fuera el de "retomar la esperanza y la confianza" pero el año político empezará en realidad el 24 de enero, con el juicio que lo sentará en el banquillo y podría llevarlo a la cárcel por corrupción.
Moro consideró que Lula cometió un delito de corrupción pasiva al recibir un apartamento de lujo de manos de la constructora OAS como forma de soborno dentro de la trama de la empresa semiestatal Petrobras.
Si los magistrados confirman la sentencia Lula podría verse obligado a ir a la cárcel y no podría disputar las elecciones.
De momento, el opositor Partido de los Trabajadores asegura de puertas para afuera que no hay una alternativa, porque confía en la inocencia de Lula, añadiendo además que es el favorito en todas las encuestas.
Según la encuesta más reciente, divulgada por el instituto Datafolha el 2 de diciembre, Lula tiene el 34% de las intenciones de voto, seguido del líder ultraderechista Jair Bolsonaro, con el 17%.
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Bolsonaro, del Partido Social Cristiano y conocido como el "Trump brasileño", podría ser la sorpresa de 2018, según diversos analistas políticos, que remarcan que representa lo "nuevo" y podría beneficiarse de la ola conservadora que barre el mundo.
Si finalmente Lula se ve impedido de presentarse a las elecciones, se especula con que apoye a algunos dirigentes de su partido, como el exalcalde de São Paulo (sur), Fernando Haddad, o el exgobernador del estado de Bahía (noreste), Jacques Wagner.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 27 декабря 2017 г.
Mientras se perfilan los detalles de la contienda electoral, en el Palacio del Planalto (sede del Gobierno) reina la tranquilidad después de meses convulsos en los que Temer tuvo que enfrentarse a dos denuncias por corrupción que casi lo apartan del cargo.
Ese proyecto, encallado desde hace casi un año por falta de apoyos en el Congreso, prevé establecer por primera vez una edad mínima para la jubilación (65 años para los hombres y 62 para las mujeres) y elevar el número de años necesarios de cotización para cobrar la pensión completa.
La propuesta es impopular y los aliados de Temer recelan de darle su apoyo justo en vísperas de la carrera electoral, por miedo a verse penalizados en las urnas.
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Para 2018 se espera que la recuperación sea más efectiva; según el último boletín divulgado por el Banco Central el 26 de diciembre el mercado financiero espera que el PIB crezca un 2,68%, cuatro décimas más que la previsión de la semana anterior.
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El 74% de los brasileños consideran que su Gobierno es malo, mientras 6% lo definen como bueno, según la encuesta más reciente del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), divulgada el pasado 20 de diciembre.
A pesar de los bajos índices de satisfacción, la cifra da un respiro a Temer, que llegó a contar apenas con un 3% de aprobación, el peor marcador para un presidente en la historia democrática de Brasil.