De acuerdo con Tom Collina y Catherine Killough, autores de un artículo publicado por Foreign Policy acerca de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018 y las tensiones entre EEUU, Corea del Sur y Corea del Norte, aunque no se desate una guerra, existen un sinnúmero de maneras en las que la nación de Kim Jong-un podría afectar la realización del evento deportivo. Una bomba aérea, intoxicación alimentaria o amenazas de bomba son solamente algunos de los ejemplos mencionados por los expertos.
Corea del Sur ha invitado a su vecino norteño para participar en las competencias. De acuerdo con Moon Jae-in, presidente surcoreano, la participación de Corea del Norte en los JJOO sería "una gran oportunidad para enviar un mensaje de reconciliación y paz al mundo", recordaron los autores del artículo.
No obstante, es poco probable que el Norte envíe atletas a Pyeongchang si los ejercicios militares conjuntos entre EEUU y Corea del Sur son llevados a cabo en febrero y marzo, de acuerdo con lo planeado, apuntaron los expertos.
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"Para resolver este problema, Seúl y Washington deberían reprogramar los ejercicios, no solo para reducir las posibilidades de que Corea del Norte cause trastornos durante los Juegos Olímpicos, sino también para darle a Pyongyang una apertura diplomática", escribieron Collina y Killough.
Los autores del texto consideraron que la diplomacia tiene el mayor potencial para reducir las tensiones y detener el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte, ya que "las sanciones no han funcionado" y no existen opciones militares limitadas que no terminen en "catástrofe".
"Los próximos Juegos Olímpicos brindan la oportunidad perfecta para que Estados Unidos y Corea del Norte se sienten y hablen. Washington puede ofrecer suspender los ejercicios militares y, a cambio, Pyongyang podría ofrecer suspender sus pruebas nucleares y de misiles. El Norte acordaría enviar a sus atletas y mantener la paz. Entonces, [Donald] Trump, Moon y el líder norcoreano, Kim Jong-un, pueden convertirse en líderes que hacen lo correcto para proteger la bella historia de los juegos y a los atletas", expresaron los expertos.
Un acuerdo así sería coherente con la reciente resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que pedía una "tregua olímpica" durante los Juegos de Invierno. Según el Comité Olímpico Internacional, un cese en las hostilidades garantizaría el paso seguro de los atletas y sus familias hacia y desde los JJOO.
Collina y Killough subrayan que los JJOO serían una oportunidad para que Estados Unidos disminuya la crisis diplomática "a través del poderoso medio de los deportes", una vez que la diplomacia deportiva ya ha logrado tender muchos puentes entre adversarios a lo largo de la historia.
"Con tan pocas opciones diplomáticas disponibles, Estados Unidos debería aprovechar este momento olímpico para sentar las bases del diálogo. El mundo entero estará mirando", concluyen los expertos.
Los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno se llevarán a cabo en la ciudad surcoreana de Pyeongchang entre el 9 y el 25 de febrero de 2018. Por su parte, los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang 2018 se celebrarán del 9 al 18 de marzo de 2018.
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