"Todos los datos objetivos permiten descartar del todo la hipótesis de una explosión a bordo", declaró la portavoz del ente, Svetlana Petrenko.
Hasta la fecha se llevaron a cabo 356 pruebas forenses, 23 pruebas de ADN, tres peritajes de explosivos y uno, fonográfico, según la portavoz.
La investigación sigue su curso y en esta etapa los jueces de instrucción trabajan con más de un centenar de testigos, entre ellos representantes de la Fuerza Aeroespacial de Rusia y técnicos aeroportuarios de Sochi que respondían por los preparativos del vuelo y el control del tráfico aéreo.
Entre las principales hipótesis de la catástrofe, según el Servicio Federal de Seguridad (FSB), se barajan la entrada de cuerpos extraños en motores, la baja calidad del combustible, un fallo técnico o un error humano.
A bordo de la aeronave se encontraban ocho tripulantes y 84 pasajeros, entre ellos 64 integrantes del Conjunto de Canto y Danza Alexándrov del Ejército ruso que se dirigían a Siria para dar un concierto en la base de Hmeymim, así como ocho militares, nueve periodistas y la famosa activista humanitaria Elizaveta Glinka.