Rusia no busca en absoluto un conflicto armado a gran escala. La meta principal del Ejército ruso es simplemente proteger al país, las ciudades principales y los centros industriales, explica el análisis.
Los analistas de RAND opinan que las tropas rusas tratarían de evitar una batalla decisiva directa contra un enemigo que sea igual o casi igual en potencia. En su lugar, el Ejército ruso emplearía una amplia gama de misiles tanto terrestres como aéreos y navales. Los blancos principales serían los portaviones, las bases militares y los aviones.
En los enfrentamientos directos, el Ejército ruso usaría activamente los lanzacohetes múltiples, cuya maniobrabilidad hace posible realizar ataques inesperados.
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Los autores del estudio consideran que los métodos de guerra tradicionales serán combinados con los no tradicionales, entre ellos el apoyo de los civiles y el uso de las fuerzas especiales. Y concluyen que dichas tácticas han acreditado su efectividad en Siria.