En este contexto cabe preguntarse, ¿existe el riesgo de que el mundo vuelva a verse sacudido por una crisis económica?
"Para responder a esta pregunta debemos recordar que la deuda es a la vez un pasivo y un activo", subraya el exvicepresidente del Banco Mundial Kemal Dervis, en un artículo para Project Syndicate.
"En una economía cerrada —ya que no le debemos nada a los extraterrestres— el volumen de la deuda total y el volumen de los activos que le corresponden se recompensan de manera natural", asegura el experto.
En el caso de la deuda privada la clave está en de cuál de los tres tipos de deuda se trata. El primero es la deuda 'fiable', cuando el flujo de efectivo del deudor cubre todas sus obligaciones. El segundo es el especulativo, cuando el efectivo cubre solamente el pago de los intereses, mientras que el tercer tipo se refiere al esquema Ponzi —cuando los recursos no son suficientes para hacer frente a los intereses—. Según el economista estadounidense Hyman Minsky, cuanto mayor es el porcentaje de deudas del primer y el segundo tipo, mayor es el riesgo de que el impacto de una pérdida de confianza provoque una oleada repentina de impagos, lo que puede llevar a una inminente crisis financiera.
A diferencia de la mayoría de analistas, Dervis considera que enfocarse únicamente en los datos macroeconómicos tiene poco sentido.
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El economista pone el ejemplo de China que, según él, presenta unas cifras "temibles": la correlación entre la deuda y el PIB chino equivale al 250%, mientras que la cuota de la deuda perteneciente al sector privado representa alrededor del 210% del PIB.
En otros países en desarrollo también surgen algunas preocupaciones pero, en general, la situación es bastante estable. Por lo que respecta a los países desarrollados no se puede decir que la crisis de la deuda esté a punto de estallar, recoge el análisis, lo que parece que aleja el fantasma de una nueva crisis mundial.
Riesgos geopolíticos
Otro foco de inestabilidad sigue siendo Oriente Medio. La tensión en el golfo Pérsico es tan elevada que un enfrentamiento bélico entre Arabia Saudí e Irán es cada vez menos descartable, opina el autor.
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No obstante, Dervis considera que por el momento la situación geopolítica sigue teniendo un rumbo y una cierta estabilidad. Los líderes políticos todavía tienen tiempo para llevar a cabo las reformas estructurales necesarias pero, recuerda, este período no es eterno.