En el experimento participaron 49 hombres de entre 20 y 30 años de edad, que se dividieron en dos grupos. A los miembros del primer grupo se les dio cocteles con alcohol, mientras que los voluntarios del segundo grupo, el grupo control, tomaron bebidas 'placebo' que no contenían alcohol. Luego, se les mostraron las fotografías de 80 mujeres, vestidas para salir.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que los hombres prestaban mayor atención a los pechos y las cinturas de las mujeres que aparecían en las imágenes. Esto sucedía con más frecuencia cuando se les mostraban fotos de mujeres calificadas como 'atractivas'. Al mismo tiempo, cuando se trataba de féminas 'competentes' o 'espirituales', los voluntarios miraban más sus rostros que sus cuerpos.
Según declaró la encargada del estudio, Abigail Riemer, "en un ambiente donde está presente el alcohol, hay más oportunidades para las miradas objetivizantes", algo que lleva a la deshumanización de las mujeres, la discriminación y la violencia sexual. La investigadora indicó que "mostrar altos niveles de espiritualidad y competencia o niveles medios de atractivo puede crear un 'amortiguador' capaz de proteger a una mujer de la cosificación sexual".