A su vez, la parte japonesa, citada por el periódico Hokkaido Shimbun, ha declarado que esta medida está vinculada con las recientes pruebas de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y no representa amenaza alguna para Rusia.
Asimismo, para Rusia, las islas Kuriles son de facto una "línea de defensa anti-EEUU". Actualmente, se están construyendo las nuevas bases militares en las islas del archipiélago, mientras que en las ínsulas de Kunashir e Iturup ya fueron desplegados los proyectiles antibuque más avanzados.
Según el medio nipón, el despliegue de los misiles de crucero de largo alcance por parte de Japón puede amenazar a las Kuriles del sur. También existe el riesgo de que el aumento de la capacidad defensiva de Japón pueda obstaculizar las negociaciones entre Moscú y Tokio, pese al compromiso del primer ministro, Shinzo Abe, de resolver la disputa territorial con Rusia lo más pronto posible.
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Por su parte, el viceministro de Exteriores de Rusia, Ígor Morgúlov, está seguro de que el Aegis "será integrado en el segmento asiático del escudo antimisiles de EEUU".
"La decisión de las autoridades japonesas de adquirir los sistemas Aegis Ashore afectará gravemente la atmósfera de relaciones ruso-niponas y, por consiguiente, el trabajo para concluir el acuerdo de paz", declaró a la agencia Interfax.
"Entendemos claramente contra quién está dirigido este segmento del sistema de defensa antimisiles global, y no podemos pasarlo por alto en nuestro trabajo", subrayó. Moscú y Pekín han criticado en reiteradas ocasiones el despliegue de los sistemas de defensa antimisiles de EEUU en los territorios de los países aliados de Washington en la región Asia-Pacífico.