Rajmánov no precisó de qué países se trata, pero adelantó que la cartera de pedidos de la Corporación Unificada de Construcciones Navales (USC, por sus siglas en inglés) para los próximos 15 años ya ha superado los 16.000 millones de dólares.
"A nuestros socios tradicionales se les han unido aquellos que veían con cierto grado de escepticismo lo que somos capaces de hacer y, como consecuencia, han pasado de cuestiones generales a los contratos, las discusiones sobre la compra de armas que querían o que estaban buscando comprar", apuntó Alexéi Rajmánov ante la emisora de radio Ejo Moskví.
Según sus palabras, la primera pregunta que tradicionalmente le hacen los potenciales compradores es si los buques ofrecidos por la USC operaron contra objetivos terroristas en Siria. "De recibir una respuesta afirmativa, el diálogo se produce con mayor agilidad", compartió el presidente del consorcio.
Desde el principio de la operación antiterrorista en Siria, los buques de la Marina rusa participaron activamente en la avanzada.
El 7 de octubre de 2015 se dio a conocer que las fragatas Tatarstan y Daguestan realizaron desde el mar Caspio 26 lanzamientos de misiles Kalibr, destruyendo 11 objetivos de infraestructura en la retaguardia de los terroristas.
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En las aguas del mar Mediterráneo han operado de forma constante y rotativa entre 10 y 15 buques de la flota de guerra rusa, entre ellos el crucero nuclear portamisiles Piotr Veliki —Pedro el Grande—, el crucero pesado portaviones Almirante Kuznetsov o el buque de reconocimiento Vasili Tatischev, entre otros navíos de guerra y soporte.