El FSB informó que desarticuló una célula del grupo terrorista Estado Islámico (o Daesh, proscrito en Rusia) en San Petersburgo, que tramaba una serie de atentados.
La coordinación de la célula se efectuaba desde el extranjero a través de Telegram.
"No hace falta demonizar a Telegram (…) podrían usar otros servicios de mensajería y también se comunican en su propio lenguaje cifrado", dijo Mijáilov.
El también exjefe del centro de comunicaciones del FSB explicó que los terroristas "no son idiotas" y tienen experiencia en actividades clandestinas.
"Incluso si usaran un idioma ruso comprensible, nosotros no encontraríamos palabras clave que pudieran dar motivo para tener sospechas", concluyó.
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