"El secretario (Tillerson) no estaba estableciendo ninguna política nueva; nuestra política sigue siendo la misma", dijo Nauert.
Peor Nauert puntualizó que Washington solamente abriría un diálogo con Pyongyang luego de que este expresara disposición a discutir sobre desnuclearización.
En su discurso del martes, Tillerson indicó asimismo que una primera reunión podría realizarse sin precondiciones, pero aclaró que el establecimiento de una mesa de negociaciones requeriría por parte de Corea del Norte una suspensión de sus ensayos misilísticos y nucleares.
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Más tarde, la Casa Blanca buscó bajar volumen a las declaraciones de Tillerson, afirmando que el presidente Donald Trump no ha cambiado su postura ante Corea del Norte en tanto esta continúa amenazando a la región y al mundo con sus programas de armamento nuclear.
Nauert sostuvo el miércoles que el Departamento de Estado y la Casa Blanca están en sintonía respecto de Corea del Norte.