"Solíamos intercambiar activamente información sobre las amenazas terroristas procedentes de Afganistán, así como sobre diversos grupos [armados], pero todo eso es cosa del pasado", dijo Grushkó en una entrevista con Sputnik.
Grushkó puntualizó que la Alianza llama a no permitir que Afganistán se convierta en un refugio seguro para las organizaciones terroristas, incluido Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países), sin embargo a la vez optó por romper casi toda la colaboración con Rusia en ese ámbito.
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Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanzan el movimiento radical Talibán y, desde 2015, el autodenominado Estado Islámico.