"Los gobiernos europeos no solo han sido plenamente conscientes de estos abusos, sino que actúan como cómplices al apoyar activamente a las autoridades de Libia para detener la migración marítima y contener a la gente en Libia", declaró el director de AI para Europa. John Dalhuisen.
Así, se comprometieron a proporcionar asistencia técnica al Departamento libio Contra la Migración Ilegal (DCIM), en cuyos centros de detención son retenidos de forma arbitraria e indefinida migrantes y refugiados, víctimas rutinarias de graves violaciones de derechos humanos, incluida la tortura.
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También permitieron a la Guardia Costera de Libia interceptar a las personas en el mar, proporcionándole capacitación, equipamiento, incluidos barcos, así como asistencia técnica y de otro tipo.
Amnistía Internacional estima que unas 20.000 personas permanecen actualmente hacinadas en centros de detención libios. Los migrantes y refugiados entrevistados por AI dicen haber sufrido o presenciado detenciones arbitrarias, torturas, trabajos forzados, extorsiones y homicidios a manos de las autoridades, traficantes, grupos armados y milicias.
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"Los gobiernos europeos, que apoyan a las autoridades libias en la captura de personas sin exigir que aborden el abuso endémico de refugiados y migrantes o reconozcan siquiera la existencia de refugiados, han demostrado dónde están sus verdaderas prioridades: el cierre de la ruta del Mediterráneo central, con escasa consideración del sufrimiento causado", subrayó Dalhuisen.
"Deben insistir en que las autoridades libias pongan fin a la política y la práctica de arrestos y detenciones arbitrarias de refugiados y migrantes, liberen de inmediato a todos los ciudadanos extranjeros retenidos en los centros de detención y permitan que ACNUR (la agencia de la ONU para los Refugiados) opere sin obstáculos", concluyó.