El lema del evento es "Fuera OMC, construyendo soberanía", y consiste en una semana de actividades, cuyo centro es la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
En todo el edificio sesionan distintos paneles que discuten temas como la soberanía alimentaria, la migración, la situación de los pueblos originarios, el multilateralismo, el regionalismo, el militarismo, y las nuevas monedas y formas de comercio.
José Luis Rodríguez, asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial de La Habana, que participa de la cumbre alternativa, señaló a Sputnik que desde su creación, "la OMC ha impuesto las reglas para el comercio internacional" y que estas "no tienen que ver con las necesidades de los países en desarrollo".
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"Los reclamos de nuestras naciones tienen que ver con el acceso a los productos agrícolas a los mercados desarrollados, pero ese tema no se logra desbloquear. Han pasado 23 años y siguen las discusiones en ese mismo tono. Se añaden temas que sí le interesan a los países desarrollados, como servicios, comercio electrónico, pero no los que interesan a nuestros países", señaló.
Según Rodríguez, las disputas entre la OMC y el Gobierno de Donald Trump son normales: "La visión de EEUU puede entrar en contradicción con sus socios europeos o Japón, y parece que EEUU se opone a la OMC, pero Trump sabe que la OMC es funcional a la política norteamericana".
Por su parte, el economista Antonio Elías, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico, consideró que se vive "un momento de transición en que distintas fuerzas aplican presión para cambiar las reglas en función de sus propios intereses". Para Elías, las críticas de Washington a la OMC pretenden "reformular las reglas para tener menos obligaciones y más derechos". "Es como si en lugar de negociar los empresarios con los trabajadores, negociaran empresa por empresa, o con un trabajador individual", agregó.
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"Estados Unidos quiere negociar bilateralmente imponiendo sus condiciones. El multilateralismo está cuestionado, estorba, porque genera demasiadas obligaciones, a pesar de lo injusto que sea el sistema", concluyó.
"Hemos perdido soberanía nacional, energética, alimentaria y tenemos uno de los más bajos crecimientos de las Américas. Por nosotros no pasó el boom de las commodities a pesar de ser un país petrolero, tenemos un crecimiento del 1%, que es muy bajo y desigual, y uno de los salarios mínimos más bajos de América y quizás del mundo, que es de 130 dólares".
Para Morales, "los tratados de libre comercio no sólo son para la libre circulación de mercancías, sino para la libre circulación de capital", y tienen efectos muy negativos, porque expulsan fuerzas de trabajo.
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"A partir del TLCAN han salido del país más de 12 millones a trabajar en Estados Unidos sin papeles", destacó, y agregó que la privatización de los activos estatales, que pasaron a manos privadas o extranjeras, debilitó fuertemente la economía mexicana, a lo que se suma la grave situación de la guerra contra el narcotráfico que ha dejado más de 200.000 muertos.
En estas condiciones, la renegociación del TLCAN impuesta por Donald Trump se lleva a cabo "en condiciones de extrema debilidad y si se firma el impacto va a ser muy fuerte para el país", pues cerca de dos millones y medio de personas trabajan en el sector exportador de manera directa.