Durante las negociaciones, ambos Estados pretenden comentar cuestiones de cooperación bilateral, en particular, en el ámbito energético —cabe destacar que Rusia ya ha iniciado la construcción de una central nuclear en Turquía—. Además, los presidentes planean examinar los problemas internacionales clave, entre ellos, la situación en Oriente Medio.
Es poco probable que el país otomano llegue a centrarse en las organizaciones euroasiáticas. Cuando las estructuras de la OTAN soportaron el golpe destinado a derrocar a Erdogan, y el último se vio obligado a luchar contra la organización, resultó claro que el líder turco se alejaría de la alianza euroatlántica. "Sin embargo, es un proceso largo, que puede acelerarse salvo en tiempo de guerra", según el analista.
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Las mismas relaciones actuales entre Moscú y Ankara y el programa de hoy demuestran que la posición de Turquía anda modificándose.
Se puede decir que la influencia europea sobre el Bósforo ha acabado, concluye el experto ruso.
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