"Son muy preocupantes los intentos de dar largas a un examen sustancial del anteproyecto ruso para establecer una misión de la ONU que contribuya a proteger a los observadores de la OSCE en estricta consonancia con su mandato", dijo Lavrov al intervenir en el Consejo Ministerial de la OSCE en Viena.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.200 muertos.
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El canciller ruso Serguéi Lavrov afirmó a finales de noviembre que un contingente de la ONU podría desplegarse en la zona de conflicto tras la separación de las fuerzas y la retirada del armamento, y que su emplazamiento debe ser acordado tanto con Kiev, como con Donetsk y Lugansk.