Durante el experimento, los científicos británicos analizaron los datos de 133.000 personas de la base de datos de pacientes UK Biobank para investigar los efectos secundarios de la gabapentina, la pregabalina y los opioides anestésicos. Al analizar el estado del sistema cardiovascular y el metabolismo de los consumidores habituales de estas sustancias, los investigadores llegaron a la conclusión de que el consumo de estos elementos duplica el riesgo de padecer dichas enfermedades.
Al examinar los datos, los investigadores británicos concluyeron que los pacientes del primer grupo sufrían obesidad un 95% más frecuentemente que el resto de los individuos analizados. Esta combinación de medicamentos también llevó al desarrollo de la hipertensión arterial en un 63% de los participantes. Asimismo, muchos de los pacientes padecían insomnio.
Por consiguiente, los autores del estudio no recomiendan el consumo de analgésicos opioides para aliviar el dolor crónico o durante un largo período de tiempo.