"El envejecimiento de la población, que se acelerará a un ritmo muy rápido en España, presiona sobre la sostenibilidad financiera y la adecuación de los ingresos de los sistemas de pensiones", destaca el informe.
Para ilustrar el deterioro de la situación en España, el documento de la OCDE recuerda que en 2015 había 30,6 personas en edad de ser pensionistas —más de 65 años— frente a cada 100 personas en edad de trabajar.
El informe recuerda que la economía española crece a buen ritmo tras salir de una "profunda recesión", pero sigue situando como tarea pendiente que ese crecimiento sea "más inclusivo".
"El ratio de desempleo sigue cayendo pero aún dobla a los niveles previos a la crisis", subraya la OCDE, que pone especial atención sobre el elevado nivel de paro entre aquellos con baja formación (26%) y los menores de 30 años desocupados (22%).
En ese sentido, la OCDE llama la atención sobre la creciente dificultad de los jóvenes españoles para prosperar en el mundo laboral.
"Los jóvenes españoles se fueron quedando por detrás de sus predecesores durante las últimas tres décadas; más y más gente joven tiene trabajos indefinidos o precarios y no consiguen asentarse en el marcado de trabajo", subraya el informe.
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Entre otros datos, la OCDE recuerda que la tasa de desempleo entre los jóvenes con edades entre los 16 y los 24 años es del 45%.
En consecuencia, desarrollar carreras profesionales y obtener "salarios adecuados" se ha vuelto "cada vez más difícil" para los jóvenes en especial y, sobre todo, para aquellos con un bajo nivel de formación, lo que acarrea una serie de problemas a largo plazo.
Por ello, la OCDE aboga por la adopción de medidas "urgentes" que, a su modo de ver, se podrían encaminar en la dirección de facilitar el acceso al mercado de trabajo de personas que cobran una pensión y, sobre todo, facilitar la transición de los jóvenes desde el sistema educativo al mercado de trabajo.