Fue una de las batallas más sangrientas de la Gran Guerra Patria, que echó por tierra el sueño de Hitler de una guerra relámpago contra la URSS y acabó con el mito de que el Ejército nazi era invencible.
Más: Defensa de Rusia 'rompe el silencio' sobre los documentos secretos de la Gran Guerra Patria
Tras una serie de intensos ataques, las fuerzas nazis se acercaron a la ciudad. En noviembre alcanzaron el canal Moscú-Volga, Tula por el oeste y Kashira por el sur, pero de ahí no pasaron. Con su defensa, el Ejército Rojo obligó a las fuerzas de ataque alemanas a dispersarse en un largo frente, minando sus posibilidades de avance y maniobrabilidad.
La batalla se prolongó durante casi siete meses, donde el enemigo perdió a medio millón soldados, 1.300 tanques, 2.500 cañones y otros tipos de armas pesadas.