"Se requiere de una visión compleja de la salud y de la enfermedad, una visión que parta de la determinación social de las personas y de generar en múltiples ámbitos estrategias conjuntas de trabajo que implican otros sectores diferentes a salud, otras salidas diferentes a folletos informativos", dijo Casallas, integrante del programa Fondo Global VIH-SIDA en Colombia.
Las principales barreras para extinguir para 2030 la epidemia del VIH están relacionadas con la "alta discriminación hacia jóvenes y personas con orientación sexual no heterosexual, las barreras de acceso a los servicios de salud y la alta concentración en las esferas de la atención medicalizada, así como la poca promoción de la salud y la prevención".
En América Latina, alrededor de 1,8 millones de personas viven con VIH en una región en la que la cobertura del tratamiento es de 58%.
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Si bien los distintos gobiernos latinoamericanos destinan recursos para los tratamientos de personas con VIH no se están realizando bien las tareas de prevención para evitar nuevas infecciones, tal como es el ejemplo de Colombia.
"El modelo de salud en Colombia, como otros de la región está concentrado en la atención: en los medicamentos y otras complicaciones" y los recursos para la prevención de la enfermedad y promoción de la salud son menores y las estrategias muy pobres.
Desde que se conocieron los primeros casos de VIH, hace más de 35 años, alrededor de 78 millones de personas contrajeron el virus y cerca de 35 millones murieron a causa de enfermedades relacionadas al sida.
Derechos
Ejercer este derecho en Latinoamérica "es un asunto muy difícil", debido a "la segmentación de planes de beneficios, pero principalmente la privatización de la salud", explicó Casallas.
La especialista afirmó que esta última es la principal barrera de acceso a los servicios para ejercer el derecho a la atención necesaria.
"La epidemia está concentrada en poblaciones con alta vulnerabilidad social y la respuesta del Estado es insuficiente, por lo tanto es una consigna que está vacía de contenido, los organismos internacionales y los gobiernos hacen slogan para que se vean bien, pero no hay capacidad de concreción", aseguró la experta.
Correr de atrás
Casallas afirmó que llegar a cumplir esta meta será muy difícil debido a varias causas.
Por un lado, la especialista planteó que están "las prácticas sexuales de los jóvenes que tempranamente inician su sexualidad sin protección", lo que demuestra que las acciones de educación y promoción de salud no han sido suficientes.
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Por otra parte, evaluó que esto se cruza con cuestiones culturales, sociales y "de falta de sentido del cuidado de sí mismo, algo que en los jóvenes es usual, el desafío permanente a lo instituido".
Además, hizo énfasis en que existen mensajes poco claros sobre "la carga de esta enfermedad en la vida de las personas que conducen a incoherencias" y resaltó la importancia de la poca materialización de las políticas públicas en la realidad.
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Las acciones que se realizan para estar más cerca de la meta a 2030 están por fuera de los sistemas de salud de los países, quienes, según afirma la experta, no responden a las necesidades reales.
La mayor inversión para la lucha contra el VIH la realiza el Fondo Global, añadió.
En América Latina en 2016, se produjeron en la región aproximadamente 97.000 nuevas infecciones por el VIH y alrededor de 1,8 millones de personas viven con este virus.
En 2016 llegó al 58% la cobertura de tratamientos para las personas con VIH.
Vivir al margen
"El estigma y la discriminación se mantiene, y con preocupación se observa que la proliferación de iglesias junto con gobernantes de ultraderecha y las posturas conservadoras de legisladores y tomadores de decisión marcan mucho más en las sociedades estas formas de homofobia, al estar vinculado el VIH con la sexualidad y con orientaciones sexuales diferentes a lo instituido", expresó la doctora.
A pesar de esto, Casallas destacó la existencia de algunos avances en los centros de educación superior, el trabajo desde la ética profesional para trabajadores de la salud y la sensibilización con el desarrollo de los derechos sexuales y reproductivos.
Los niños o las víctimas silenciosas del VIH
A pesar de que la mayoría de las personas que viven con VIH son adultas, una sexta parte de las personas que muere por causas relacionadas con el sida y una séptima parte que contrae el VIH en el mundo, son niños y niñas menores de 15 años, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés).
Además, se estima que solo 30% de las embarazadas cuentan en la región con la información necesaria para no traspasar el virus a sus bebés.
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Casallas sostuvo también que varios asuntos confluyen para que esto suceda, entre los que se encuentra en primer lugar el trabajo poco sistemático en educación sobre derechos sexuales y reproductivos, a pesar de que existen avances.
"Lo preocupante es que cada vez son los jóvenes los más afectados en edades muy tempranas" y esto confluye con "las prácticas de iniciación a la sexualidad en las que la protección es poco utilizada", reflexionó la médica colombiana.
Sin embargo, el impacto en la vida social y sexual de estos jóvenes es muy grande "por el temor al estigma y a la discriminación, muchas veces sumado a la orfandad, dado que alrededor de 15 millones de niños han quedado huérfanos debido al virus, o tienen relaciones conflictivas con ellos por causa de la enfermedad", sostuvo la doctora.
Además, Casallas contó que los más jóvenes son considerados por los servicios de salud como pacientes mejor informados y con el tiempo de los más adherentes a los tratamientos.