Desde Washington recuerdan que el Atlantic Council no representa la posición oficial de Estados Unidos, pero los expertos coinciden al señalar que el 'think tank' norteamericano tiene no poco peso en la política exterior estadounidense. No sería de extrañar que el país acabase adoptando parte de la estrategia.
El director del Centro de Estrategias Alternativas de Belgrado, Aleksandar Mitic, señala en una entrevista con Sputnik que Atlantic Council es, más bien, una organización que "ejerce como grupo de presión" y entre cuyos objetivos está atraer a los países a la OTAN. Para Mitic, la naturaleza de la organización deja claro por qué sus esfuerzos están dirigidos a Serbia: la mayoría de su población se ha posicionado en contra de la Alianza.
"Su estrategia no es nueva. Se espera alcanzar un acuerdo jurídicamente vinculante sobre las relaciones de buena vecindad entre Serbia y Kosovo basándose en el modelo de las dos Alemanias. De esta forma se crean las condiciones para que Kosovo sea admitido en la ONU. Después de eso, que Belgrado reconozca la independencia de Pristina ya no será necesario", reflexiona Mitic.
Que dos partes se reconcilien es, generalmente, un proceso bilateral. Pero no en este caso, advierte el docente del Instituto de Estudios Eslavos de la Academia de Ciencias de Rusia Georgi Enguelgardt. Sería ingenuo pensar que Estados Unidos esté dispuesto, por ejemplo, a pagar la factura de los daños causados durante la agresión de la OTAN a la antigua Yugoslavia.
"En este caso la reconciliación histórica implica que Belgrado de avenga a que Kosovo es independiente, que es necesario que se una a la OTAN y que renuncie a las relaciones especiales que mantiene con Rusia", señala Enguelgardt.
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Aleksandar Mitin divide un modelo aceptable de 'reconciliación histórica' en cinco puntos:
"Primero, EEUU debe abstenerse de dividir Serbia con su apoyo a los albaneses en Kosovo. Segundo, abandonar las aspiraciones de abolir la República Srpska. Tercero, debe dejar de decir por todo el mundo que los serbios los únicos responsables de la Guerra de los Balcanes de los años noventa". Cuarto, debe dejar de arrastrar al país a la OTAN contra la voluntad de sus ciudadanos. Y quinto, debe aceptar el papel de Rusia y China en los Balcanes".
A propósito de la visión de Wilson, Enguelgardt señala que lo que el Atlantic Council propone para los Balcanes es la misma estrategia que adoptó Estados Unidos en los países bálticos y en Polonia. No obstante, duda de que el plan del Atlantic Council con Bond Steel se lleve a la práctica, ya que "en estos momentos eso sería demasiado caro, incluso para Estados Unidos".
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"En general, EEUU quiere regresar a los Balcanes, pero a expensas de otros, principalmente a expensas de Bruselas. Influirán en los procesos, tendrán acceso, por ejemplo, al mercado energético de los Balcanes, y la entrada en la UE será una recompensa para los países de los Balcanes, que, por supuesto, no depende de Estados Unidos. Lo que propone el Atlantic Council es un muy buen modelo de negocio ", concluye el experto.