No se puede estar seguro de que Corea del Norte tenga de verdad lo que afirma tener: misiles balísticos intercontinentales. Así lo afirmó el analista del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, Serguéi Ermakov, en Svobodnaya Pressa.
"Sí, Corea del Norte afirma que tiene un MBI, es decir, un misil con un alcance de entre 8.000 y 10.000 kilómetros. Pero Pyongyang nunca ha presentado evidencia de este hecho", insiste el especialista.
La prueba ha provocado un profundo descontento en Washington y ha desatado la agresividad. EEUU ha declarado que estudia la posibilidad de implementar medidas adicionales contra Pyongyang tras el nuevo lanzamiento de prueba.
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Ermakov considera la lógica de los estadounidenses bastante clara: en su opinión, el programa nuclear norcoreano no está dirigido hacia Corea del Sur, sino directamente hacia EEUU.
Desde el punto de vista estratégico, antes, la paridad en las armas nucleares se formaba entre Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, con el advenimiento de los misiles nucleares de Corea del Norte ha aparecido un nuevo centro de poder, que está más allá del alcance de los acuerdos y mecanismos de consulta, continúa el experto.
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"De hecho, todo se inclina hacia la policentralidad del mundo nuclear. Y nadie sabe cómo vivir en un mundo así", recalca Ermakov.
La única salida de la crisis es revisar el régimen de control existente sobre las armas nucleares. Pero no es nada fácil, ya que hay muchos países con armas nucleares ahora, agrega.
"Cómo construir un mecanismo de contención en un mundo nuclear policéntrico es un desafío tanto para los políticos como para los expertos. Corea del Norte ya ha demostrado que el rol político de las armas nucleares sigue estando allí, contrariamente a las garantías del expresidente estadounidense Barack Obama", expone Ermakov.
"Pyongyang tiene un programa para desarrollar, probar y adoptar misiles de mediano alcance, y nada más. Yo no me apresuraría a decir que sea una amenaza para nadie", dijo a Svobodnaya Pressa el integrante de la Academia de Problemas Geopolíticos, el general coronel Leonid Ivashov.
A su juicio, debemos entender que la presencia de armas nucleares en países pequeños es, por supuesto, una garantía de su propia seguridad. Corea del Norte no quiere repetir el destino de Yugoslavia, Libia o Siria.
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Mientras tanto, Washington lo ve como una oportunidad más para justificar un ataque contra Pyongyang. Estados Unidos ya ha destrozado la paz en Oriente Medio, los Balcanes, Ucrania, y ahora le beneficiaría que la zona de inestabilidad se forme alrededor de China, sigue Ivashov.
"En esta situación, Rusia necesita mantener la calma. La posición de Moscú y Pekín es obvia: condenamos el deseo de la RPDC de convertirse en una potencia nuclear, pero al mismo tiempo defendemos la resolución del problema por medios exclusivamente políticos", concluye.