"La Unión Europea no puede seguir avalando a un país como Marruecos, que incumple todos los derechos humanos", explica Paloma López en conversación con Sputnik desde Bruselas.
La eurodiputada presentó junto a los activistas Isabel Lourenco y Hassana Alia las conclusiones de las jornadas sobre "Violaciones de Derechos Humanos en el Sáhara Occidental", organizadas esta semana por Izquierda Unida.
"De lo que hemos hablado fundamentalmente es de la situación de los presos políticos, específicamente de los de Gdeim Izik, aunque también hemos hablado de la situación de los otros 65 presos que se encuentran en estos momentos en diferentes cárceles", señala López.
El pasado mes de julio fueron condenados un total de 23 activistas por los sucesos de Gdeim Izik —bautizado como campamento dignidad—, que en 2010 consiguió congregar a más de 20.000 personas a unos 15 kilómetros de El Aaiún para protestar por las condiciones de vida de los saharauis, una protesta que duró hasta que las fuerzas de Marruecos decidieron intervenir para imponer su orden mediante la fuerza.
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Según la justicia marroquí, los 23 activistas condenados —ocho de ellos a cadena perpetua— participaron en distinto grado en el asesinato de 11 policías marroquíes durante el desmantelamiento del campamento.
"Todo eso está recogido en el informe que hicimos los diferentes observadores internacionales que estuvimos en el juicio y esto es lo que se ha enviado a la Alta Representante Mogherini", explica la eurodiputada.
Por el momento, ni la Comisión Europea ni España —aún potencia administradora del Sáhara Occidental— se pronunciaron sobre la violación de derechos humanos denunciada por los observadores del proceso.
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Según López, las autoridades marroquíes se sienten impunes porque están "absolutamente protegidas tanto por Francia como por España", que tienen intereses económicos compartidos con Marruecos, por lo que a su modo de ver resulta urgente que la Comisión Europea se implique en el caso.
En su conversación con Sputnik, López explica que todos ellos están en una situación "muy mala" ya que son sometidos a un régimen penitenciario donde, además de aplicarse políticas de dispersión, no se permiten las visitas familiares y no se proporciona una atención sanitaria adecuada, problema que es especialmente acuciante si se tiene en cuenta que algunos de los presos se encuentran en huelga de hambre.
"Los presos están en huelga de hambre, pero pese a ello Marruecos no ha dejado de torturarles. Están aislados en sus celdas 22 horas al día y dispersados en 7 cárceles distintas", explicó en rueda de prensa la activista Isabel Lourenco.
Por su parte, el activista saharaui Hassana Alia recordó que en el desalojo de Gdeim Izik murieron tres jóvenes saharauis sin que hasta la fecha se haya puesto en marcha ninguna investigación para depurar responsabilidades, por lo que instó a la Unión Europea la creación de un equipo de trabajo dedicado a esclarecer lo sucedido.
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Finalmente, Paloma López, recuerda que, más allá de pedir a la Unión Europea un mayor grado de interés en el caso o de solicitar la visita de Cruz Roja a los activistas presos, no conviene olvidar que "esta situación se solucionaría con la autodeterminación del Sáhara Occidental".